Desde pequeña, siempre tuve claro que quería ser ACTRIZ. No era mi gran sueño, era mi vocación.
Nací ya con eso en mis venas, y supe años después que no era un sueño, sino algo innato en mi.

Pero no siempre vienes a este mundo y cumples tus expectativas de desarrollo personal, las circunstancias me llevaron por un camino completamente diferente, estudié administración y finanzas e informática y trabajé en ese sector durante muchos años.

El tiempo pasaba y descarté la posibilidad de dedicarme al mundo de la comunicación y de la interpretación. Acepté que si la vida no me había llevado por ese camino, era porque no me correspondía. Soy una persona bastante empática, agradecida y comprensiva con la vida.

Vivía una vida bonita, feliz, estructurada y confortable. Me sentía plena y realizada, pero llegó la pandemia y todo cambió. Me hizo pensar, reflexionar entre otras cosas que la vida es muy corta, que todo puede cambiar y acabar en nada y que no podemos dejar de luchar por conseguir lo que queremos de verdad, no podemos dejar de hacer aquello que sentimos que nos apasiona, y que si el momento aparecía, no lo iba a dejar escapar, y apareció.

No voy a hacerlo más largo, pero todo se colocó de manera que me llevó por el camino del mundo de la LOCUCION Y EL DOBLAJE, POR FIN encontré la forma de ser actriz, de comunicar, de transmitir, de interpretar personajes, con un aparato maravilloso del cual disponemos y que es único e irremplazable para ello: NUESTRA VOZ. Estudié todo y más sobre el aparato fonador, empezando por algún curso de canto y siguiendo por el de locución y doblaje, un mundo apasionante.